Partiendo de esta simple definición y entrando en materia, resulta de suma relevancia para comprender su influencia en la forma como se enseña. Diversos estudios han demostrado que pese a lo cuestionada que resulta la teoría conductista, el aprendizaje memorístico sigue siendo el que prevalece en los individuos a lo largo del tiempo. Los invito a ver este video en donde se muestra como influye la neurociencia en la educación del ser humano:
Ahora bien, este artículo busca dejar una pequeña contribución a mis compañeros de la especialización en planificación y evaluación educativa de la Universidad Santa María, quienes día a día están en aulas de primera y segunda etapa, de los cuales cada sábado aprendo muchísimo, en agradecimiento a todo lo que me han dado en poco más de un año, les dejo con mis palabras, en un lenguaje simple, cómo podemos aplicar la neurociencia en el salón de clases con 5 sencillos consejos que garantizan que se dé el proceso de enseñanza- aprendizaje:
1. Empieza con un lenguaje provocador: Para llamar la atención del niño tienes que empezar con algo que despierte sus sentidos, utiliza frases, imágenes o un contenido que no le resulte indiferente.
2. Conectate con la vida del alumno: Te recomiendo que cuando trates de explicar algo, sea con ejemplos de la vida diaria, al ubicarte en el contexto del niño se facilita el proceso de enseñanza- aprendizaje. Presenta cosas que le afecten y plantéalo de manera interesante.
3. Haz que quieran y puedan hablar: Crea situaciones en donde se sientan en confianza de expresar sus emociones, en donde todos reflexionen ante lo que plantee el grupo y que en conjunto puedan construir el conocimiento.
4. Introduce incongruencias: Lleva al aula situaciones confusas, incoherencias, dudas (claro, dentro de un contexto razonable y lógico para la edad de los niños), que haga que los niños piensen, de esta forma les demuestras que son capaces de generar ideas y producir soluciones a cada dificultad que se les presente.
5. Evita la ansiedad: Nadie aprende bajo un ambiente de nerviosismo y miedo, reduce la presión y aunque el niño se equivoque cuando de una apreciación, oriéntalo de manera positiva, resaltando lo valioso de su opinión y guiándolo hacia la respuesta correcta.
Espero que estas líneas resulten orientadoras para mis compañeros!
Referencias bibliográficas:
Mora Teruel, Francisco. Neuroeducación. Alianza Editorial.